RADIACIONES
Como es sabido, la luz que impresiona
nuestra retina es simplemente una pequeña fracción de la
energía emitida por un cuerpo luminoso y que puede detectarse mediante
dispositivos diversos. Cuando a lo largo del espectro (VÉASE)
se desplaza uno de esos dispositivos se comprueba que sus indicaciones
varían de modo continuo de una a otra parte de la región
para la que es sensible el ojo; es decir, se pasa sin discontinuidad de
la luz visible a las radiaciones ultravioletas e infrarrojas, e incluso
de los rayos X a las ondas hertzianas. En consecuencia, parece que todas
estas radiaciones son diversas manifestaciones de una idéntica forma
de energía, emitida por los cuerpos, que es capaz de propagarse
a través de un medio cualquiera; a dicha forma de energía
se le denomina energía radiante o radiación, y aunque por
razones históricas y didácticas su estudio corresponde a
la óptica, por su naturaleza electromagnética constituye
en realidad parte de la electricidad.