VISIBILIDAD
 
 Al considerar las imágenes-luz que los rayos luminosos transportan por el espacio en las infinitas trayectorias de sus haces, el sentido de la visibilidad de la imagen actúa más allá de los límites que imponen las formas. El espacio está colmado de imágenes que vuelan en todos los sentidos, se entrecruzan y se irradian continuamente desde los objetos. Imágenes latentes que se trasladan en el fluctuar de las ondas a la espera de fijarse en alguna pantalla sensible a su presencia estableciendo «un enlazamiento otro». Este enlazamiento implicará una distancia, donde se intercambian los rayos luminosos, los órdenes. Y este lugar de encuentro implicará a su vez, un «no lugar» donde las visibilidades pueden no pertenecer al mismo espacio —desprenderse del espacio— o no depender de la misma forma —desprenderse de la forma. Las figuras visibles se combinan pero en otra dimensión que las de sus formas respectivas, superando el umbral que las delimitaba como cosa, como objeto para des-definirse en luz. Así pues, podemos considerar «otra dimensión informal» donde la visibilidad recupera su manera de ser-luz.