El proyecto del laboratorio de Luz
interrogaba los sentidos de la iluminación, invirtiendo las relaciones
que habitualmente se dan entre luz-oscuridad. Si la lectura se da en la
luz, en este caso, es la oscuridad quien posibilita dicha actividad.
Como imagen inicial una pared uniformemente iluminada en su forma rectangular, en torno a ella, un dispositivo de sensores que por el paso involuntario de los espectadores activa el sistema de encendido y apagado de la fuente luminosa. Bajo la luz proyectada, la pared mantiene impreso con tinta fosforescente un texto que la recorre en toda su extensión; solo en la oscuridad el lenguaje muestra su contenido pero el tiempo de desvelamiento es breve y no posibilita su lectura, de nuevo la presencia de la luz, en vez de mostrar, oculta el sentido. Iluminación que profana su propio significado en la voluntad de ocultar con sus rayos el objeto que en sí mismo es sujeto esclarecedor: el lenguaje. Las palabras invisibles que recorren el espacio iluminado podrán revelar sus verdaderas formas sólo en la oscuridad. Percepción de la lectura o lectura perceptiva de una trama que propicia su imposibilidad como forma de conocimiento incompleta que repite su desaparición en un estado de conciencia invertida pues coloca bajo la luz aquello que oculta. |
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