Por medio de esquemas de búsqueda, recopilación, ensayos y pruebas, el proyecto va adecuándose a los recursos reflexivos y técnicos y desarrollándose en una sucesión de intensidades fluctuantes entre la seguridad y la incertidumbre. El modo para ir abordando cada uno de los pasos no es lineal, ni singular, ni homogéneo, es un entrecruzar conceptos, procesos, preguntas y respuestas abiertas que subrayan la autoreflexión crítica sobre el proceso de trabajo.

Debe tenerse en cuenta que el encuentro fortuito de elementos o sentidos, la presencia inesperada de determinados valores o funciones, pueden alterar la estructura inicial del proyecto. La incorporación de nuevos recursos debe estar en correspondencia con la capacidad de asimilación que tolere la fase en que se encuentra, pues en toda investigación las partes actúan como subproyectos que se desarrollan en diferentes niveles, ya que sus dimensiones temporales y límites no pueden ser acotados.

"La característica de todo proyecto no es ni la luz ni la oscuridad, ni el orden ni el caos, ni la ley ni el azar, ni la certeza ni la ignorancia, sino una mezcla de estos dos órdenes de cosas, con lo que la aventura no es tan incierta que no tendría otra vía que el azar, ni la orientación es tan precisa que puede garantizar anticipadamente el resultado; así como un particular hallazgo feliz no es garantía del éxito del todo, tampoco un paso en falso es tan negativo que no aporte nada para el éxito de la obra, y aunque se corre gran peligro de que lo arruine todo, a menudo lo que ya se ha hecho puede servir de guía para lo que queda por hacer."