ORFEO
 
Orfeo imploró a las divinidades infernales el regreso de su amada. Su música y su canto hechizó a los guardianes del reino de las sombras, quienes no pudieron negarle la gracia que solicitaba. Una sola condición le fue impuesta: Orfeo no podía volver su cabeza para mirarla hasta que ella estuviese bajo la luz del sol. Pero Orfeo, olvida la condición de partida y presa de la ansiedad, vuelve la cabeza para mirar a Eurídice y está se esfuma al instante.// Es el mito de la mirada (VÉASE) y su duración (VÉASE), una distancia íntima se esboza entre quien mira y el objeto de su mirada. Mirada que no alcanza a ver sino una noche más oscura, no se entrega sino a una esencia velada, la visión de lo invisible.